Un Poco de Historia

 

La Cuchilla del Salado: ruta de colonizadores

 

La historia de la vereda, para el orgullo nuestro, está unida a la misma colonización y fundación de Manizales, pues hizo parte de la trocha que utilizaron los primeros colonos para llegar a lo que hoy es nuestra ciudad.

La empresa colonizadora de Manizales se remonta a la exploración que hicieron por estas tierras los señores Fermín López y José Hurtado por los años 1834. El señor López venía con la intención de salir de los límites de Antioquia, los cuales estaban demarcados al sur por el rio Chinchiná, ya que había tenido una pelea con el dueño de la Compañía Gonzales, Salazar y Cia. la cual era dueña de todas estas tierras hasta el rio Chinchiná. Creyendo estar fuera de Antioquia, se instaló con su familia en el lugar que hoy se conoce como San Cancio y allí mismo hizo la roza y montó sus ranchos. Sin embargo, tres años después hizo un viaje a Salamina, y charlando con un amigo cayó en la cuenta de que el rio que había cruzado era el Guacaica y no el Chinchiná. Grande fue su desilusión, pero decidió tomar de nuevo sus corotos y continuar mas al sur a donde finalmente fundó a Santa Rosa de Cabal en 1844.

Luego de la exploración de Fermín López vino la expedición, en 1843, de Marcelino Palacio y el alemán Carlos Deghenhard motivada por la exploración del nevado del Ruiz. Y meses después de esa expedición al Ruiz, un tal Joaquín Arango vino con su hijo, Joaquín Arango Restrepo, en busca de una quebrada que se decía era muy rica en oro la cual estaba cerca de la recién erigida parroquia de Neira. Bajaron estos antioqueños a la vereda El Guineo, y efectivamente allí encontraron unas personas explorando el rio, pero de la famosa quebrada nada se supo[1].

Un día dijo don Joaquín (hijo) a su padre que quería pasar el rio Guacaica y recorrer parte del territorio que está más al sur del rio para ver si de pronto daba con la quebrada que buscaban “… y al efecto, con un peón subióse por la cuchilla del Salado, La Linda & hasta la cuchilla del cementerio viejo…”[2], es decir hasta la actual Chipre[3]. Allí, don Joaquín tumbó un árbol que calló sobre otras ramas de modo que este sirviera de escalera. Subió a al tronco y cuando estuvo a buena altura, vio como ante sus ojos se alzaba la maravillosa vista de los nevados del Ruiz y Santa Isabel en el horizonte y al pie de ellos una inmensa extensión de bosque, a lo que don Joaquín no pudo más que decir a su compañero: “Mira, aquí debió ser el paraíso terrenal”[4], y entonces decidió que en ese edén debía fundar una nueva población.

Después de esta y otras exploraciones se organizó por fin la famosa “expedición de los 20” de la que habla don Juan Pinzón que fue la que colonizó y fundó la ciudad de Manizales. Todos estos expedicionarios debieron cruzar las tierras sobre las cuales se levanta la Cuchilla del Salado, pues la ruta era desde Neira, Pueblo Rico o Las Guacas, El Guineo, la Cuchilla del Salado (en ese tiempo se llamaba La Linda) y finalmente el Cementerio Viejo.

Hubo por supuesto otros caminos para comunicar la montaña de Pueblo Rico con la de Manizales, por ejemplo, la que subía de El Guineo hasta La Linda, sin cruzar por la Cuchilla del Salado; también la que actualmente va por El Faro; y otra  que va por la montaña de San Isidro, la cual alguna vez se conoció como el camino de Cigalia.

A pesar de estos otros caminos, de los cuales algunos podían comunicar mas rápido a Neira con Manizales como el que iría por San Isidro, la ruta de la Cuchilla del Salado fue la predilecta debido a que los colonizadores primeramente se dirigían a El Guineo, y ya de allí, si querían dirigirse más al sur, debían tomar la montaña de la Cuchilla del Salado, pues era la siguiente que se encontraban estando en ese lugar.

 

Colonización de la Cuchilla del Salado

 

Lo primero que hay que decir es que estas tierras de la Cuchilla del Salado en un principio estaban repartidas en dos grandes fincas principalmente: La Fonda que iba desde el actual sector de La Cola hasta la vereda El Guineo y que era propiedad del General Pantaleón Gonzales[5], hijo de Elías Gonzales representante de la Compañía Gonzales, Salazar y Cia.; y la otra finca era Berlín la cual estaba a cargo de un tal “Chucho” Salazar.

La colonización de la vereda se inicia por los años de 1870 cuando se dio una fuerte migración desde la parroquia de Granada hacia estos territorios al sur del Estado de Antioquia[6] lo que actualmente corresponde a Risaralda, Quindío e incluso el Valle del Cauca. Sin embargo tal como lo predicaba el párroco de Granada para esa época, el padre Clemente Giraldo, “Según entiendo yo, ya hoy en el sur, a donde emigran nuestros conciudadanos, todos los terrenos tienen sus propietarios, y los que van a esas tierras, es, generalmente a colocarse como jornaleros o simplemente como mayordomos…” (Jiménez, 1994: 191). Más razón no podía tener el curita y es en ese sentido que no puede decirse que hubo como tal un proceso colonizador en el  mismo sentido que el de Manizales, pues estos terrenos si bien no estaban poblados si tenían sus dueños con sus justos títulos por lo que los colonos debían acceder a la tierra a través de contratos de compraventa, de jornaleo, administración o aparcería.

El contrato más común en un principio fue el de la aparcería, en el cual las personas podían trabajar un pedazo de tierra pero debían dar la mitad del café  al dueño de la finca, el resto de productos que no fueran café podían quedárselos. De esa manera pudieron hacerse a la tierra, la cual fue luego motivo de disputa por los años de 1950 y 1960.

Al decir de Alzate Gómez (1991) la colonización de la Cuchilla del Salado inició a finales de 1880 y se sabe que este proceso colonizador continuó hasta mediados del siglo XX. Entre las familias granadinas que inmigraron estaban los Gómez, Duque, Hoyos, Tamayo y Giraldo principalmente. El colono más antiguo del que se tiene noticia es de don Francisco Tamayo quien vino a estas tierras por los años de 1900, no obstante antes de él ya había unos de apellido Giraldo pero de los cuales se desconoce su nombre.

El proceso colonizador se vio favorecido por los lazos que continuaron teniendo los colonos con su Granada natal, lo cual hizo que más familias continuaran la emigración a pesar de los esfuerzos del párroco de Granada por evitarlo[7]. Sin embargo la colonización de la vereda no se restringió a personas de Granada, pues se sabe que también llegaron personas de Andes y Marinilla, Antioquia, y de otros lugares de Caldas como Aguadas, Samaria, Anserma, Salamina entre otros.

 

Cuchilla del Salado: ¿y de dónde salió el nombre?

 

Los terrenos de la vereda se encontraban dentro de lo que se denominó como el paraje de La Linda, que como se dijo en páginas atrás, venía desde Villapilar, se delimitaba por toda la quebrada Olivares hasta su desembocadura; abarcaba todo San Isidro, La Palma, la Cuchilla del Salado, Veracruz, el barrio La Linda, La Quiebra de Vélez y El Chuzo, hasta encontrar los límites con La Cabaña, delimitada siempre al norte y occidente por el rio Guacaica.

En un principio, y hasta 1870, los terrenos de la vereda no eran más que La Linda simplemente y, si algún distingo tenían, se le referenciaba como “el camino viejo de la salina del Guineo” y no más.

Justamente la salina de El Guineo fue la que empezó a distinguir a la vereda de otros lugares. En 1871 se le conoció como El Salado[8], no obstante, el nombre aún carecía de apropiación por parte de las autoridades administrativas aun cuando seguramente fuera utilizado por muchas personas de la región.

A principios del siglo XX los registros catastrales seguían tratándola como como La Linda, sin embargo, dado que el asentamiento principal se localizaba sobre el filo de la montaña, ya muchos  la conocían como “la cuchilla del Salado” e incluso, para 1924, el escritor Juan Pinzón la nombró en su libro, en la parte que describía la ruta de la colonización, como “La Cuchilla del Salado”[9].

No fue sino hasta 1928 que la Administración Municipal la reconoció como la Cuchilla del Salado en sus libros de catastro, pudiéndose concluir que solo desde ese momento el nombre se consolida en su contexto popular e institucional.

El libro Historias de barrios y veredas (2001), el cual tomó como base el testimonio de los mismos habitantes de la Cuchilla del Salado, documenta otra versión sobre la procedencia del nombre; dice el libro que este se originó “… como una derivación de una mina de sal que explotaban, mina que estaba ubicada cerca del sector de La Popa; y como el caserío estaba inicialmente ubicado en el filo de la montaña a lo que le llamaban cuchilla, de ahí se dice que salió el nombre de esta vereda[10].

A pesar de lo anterior, en más de veinte entrevistas realizadas a los habitantes de la vereda, y en la extensa bibliografía revisada, no se halla evidencia alguna de que haya existido una mina de sal en el sector de La Popa. En cambio, la versión que se apoya en las salinas de El Guineo goza de todo el soporte documental y oral, por lo que la otra versión puede darse por descartada.

Ya al interior de la gran montaña conocida como Cuchilla del Salado existen otros puntos que lograron adquirir un nombre secundario como lo es El Palo, el “barrio Ceballos” y Villanueva. Del primero se dice que el nombre deriva de un gran palo que existía allí cuando se construyó la carretera en 1975. Acerca del barrio Ceballos sí existe plena documentación de que alguna vez perteneció al primer Alcalde de Manizales, Antonio Ceballos, y de su madre Jacinta Agudelo. Sus descendientes poblaron este punto de Manizales y aún hoy existen muchos de ellos allí, de ahí su nombre. Sobre Villanueva, se sabe que existía una vieja casona donde funcionaba una tienda y que tenía por nombre justamente “Villanuena”. Por ser tan famosa en ese lugar, mucha gente se refería a este sector de la vereda con tal nombre, logrando con el tiempo cierta apropiación que hoy todavía conserva.

La Cuchilla del Salado debió sufrir dos pruebas de fuego en donde intentaron cambiarle el nombre, en una oportunidad por el de “El Recreo” y en otra por el de “Pueblito Paisa Caldense”. La primera venía impulsada por el padre Elías López, quien acompañó a la parroquia por cerca de ocho años. Fue a principios de la década de los sesentas cuando al padre Elías le pareció que el nombre de la Cuchilla del Salado era muy feo, así que, cual alcalde de pueblo, decretó que en adelante tendría uno más llamativo y alegre: “El Recreo” y que a quien se le ocurriera volverla a llamar por el antiguo nombre, se haría acreedor de una multa en favor de la parroquia. Cuenta don Alberto Duque Tamayo, respecto a este proyecto del curita que:

Cuando el padre Elías le cambió el nombre a la vereda, venía un arriero al cual dos hombres le preguntaron: “¿para dónde va?”, y él les respondió: “Para la Cuchilla del Salado”; ante esto le dijeron al arriero: “El padre Elías le ha cambiado de nombre a la vereda por el de El Recreo y quien la nombre como la cuchilla deberá pagar una multa de 10 centavos. El arriero ante comentario entregó una moneda de 20 centavos; entonces, aquellos quienes eran representantes del cura, le dijeron que no tenían devuelta, a lo que el arriero replicó: “Entonces déjenme seguir para la Cuchilla del Salado”.[11]

El proyecto del padre Elías no logró imponerse a la larga tradición que tenía el nombre, y finalmente dejó de luchar contra la corriente resignándose a que la vereda siguiera llamándose como siempre se ha llamado: La Cuchilla del Salado.

La segunda se dio por el año 2000 por iniciativa de algunos habitantes con el fin de promover la vereda turísticamente, sin embargo, la propuesta no gozó de mayor apoyo y  rápidamente murió.


 


 

Referencias

 

-          Alcaldía de Manizales. (2001). Historia de barrio y vereda. Manizales.

-          Alzate, José A. (1991). Granada y los caminos de la colonización. Medellín: Copiyepes.

-          De María, Fabo. (1926). Historia de la ciudad de Manizales. Tomo I. Manizales: Editores Tipología Blanco y Negro.

-          Hoyos, Pedro. (2001). Café, caminos de herradura y poblamiento de Caldas. Tercer Mundo Editores.

-          Jiménez, Francisco. (1994). Santa vida del padre Clemente Giraldo. Medellín: Copiyepes.

-          Restrepo, José M. (1990). Apuntes para la historia de Manizales. Manizales: Biblioteca de escritores caldenses.

-          Uribe, Manuel. (1885). Geografía general y compendio histórico del Estado de Antioquia. Paris: Imprenta de Victor Coupy y Jourdan.

 



[1] Restrepo Maya, José María (1990). Apuntes para la historia de Manizales. Biblioteca de escritores caldenses: Manizales. Pág. 22 y 23.

[2] De María, Fabo Fr. (1926). Historia de la ciudad de Manizales, Tomo I. Manizales: Editores Tipología Blanco y Negro. Pág. 40

[3] A Chipre se le ha conocido con varios nombres como La Cuchilla, El Cementerio Viejo, La Cuchilla del Cementerio Viejo  y como El parque del observatorio.

[4] Restrepo Maya, José María. Óp. Citado. Pág. 24

[5] No debe confundirse este Pantaleón con su hijo también llamado Pantaleón Gonzales, que no era General de la Republica y que fue quien donó los terrenos para la construcción del Cementerio.

[6] Recuérdese que por esa época Caldas no existía, Manizales era parte del Estado de Antioquia y Colombia era una republica federada llamada Estados Unidos de Colombia.

[7] Jiménez, Francisco. (1994). Santa vida del padre Clemente Giraldo. Medellín: Copiyepes. Pág. 191.

[8] Informe del prefecto del sur de Antioquia, señor don Marco  Aurelio Arango, al secretario de gobierno en 21 de junio de 1871. Manizales. En Centro de Estudios Históricos de Manizales. (1919). Archivo  Historial, Tomo I. Dir. Enrique Otero D´Costa. Pág. 292

[9] Pinzón, Juan. (1924). Óp. Citado. Pág. 6.

[10] Alcaldía de Manizales. (2001). Historia de barrios y veredas. Manizales. Pág. 286

[11] Ibídem. Pág. 286