Un día para los niños en la Cuchilla del Salado

31.10.2014 22:09

Por aquí una princesa, por allá un vaquero, más acá una bruja y, al lado de ella, una candorosa Rapunzel; la cancha por un momento parecía un cuento de los Hermanos Grimm.

Desde las tres de la tarde los niños de la vereda se dieron cita en la cancha de microfútbol para disfrutar del agasajo que la Comunidad, en cabeza de su Junta de Acción Comunal, les había preparado. 

Hubo dulces por doquier. Unos animadores profesionales pusieron a los niños a jugar un rato y después, para compensar la agitación, se les dio un cono de helado. Nadie, ni niño ni adulto faltaron por su cono.

 

El treinta y uno de octubre no es más que una tradicional fiesta en la que los niños hacen tangible la fantasía de ser por un momento un superhéroe, una princesa, un animal o cualquier otra cosa. Debemos aislarla de supersticiones e ideas fanáticas sobre un supuesto “culto al diablo” con la celebración de ella. Ningún niño debería perderse de esta fiesta por cuenta de esas fantasiosas creencias.