Absurda riña en la celebración del año nuevo

01.01.2014 23:33

El primero de enero del 2014 no empezó de la mejor manera en la Cuchilla del Salado. Una batalla campal a eso de las 9 de la mañana opacó la alegre bienvenida del año nuevo. Justo al frente de la panadería “leche y miel” se desató un pandemónium que dejó como saldo dos heridos con arma corto-punzante (“pico de botella”), de los cuales uno de ellos debió ser trasladado a la clínica cuando quedó inconsciente momentos después de recibir las heridas.

 

¿El motivo de la pelea? La simple banalidad y estupidez de la violencia. Incluso algunos pescaron en rio revuelto enfrentándose porque uno era hincha del Nacional mientras otro lo era del Once Caldas. Así se explica que la pelea de dos se haya vuelto de muchos que resultaron envueltos en ella por la absurda gana de saciar el instinto primitivo y animal de violentar a sus semejantes.

 

No puede resultar “normal” el acontecimiento de estas riñas que para muchos ya hacen parte del paisaje. Sin que se sea un poco melodramático, no debería resultar “normal” la violencia cuando en Colombia nos han hastiado por más de 60 años con una fútil guerra entre compatriotas.

Es necesario rechazar enfáticamente cualquier signo de violencia entre los seres humanos y más cuando esta se da en una comunidad como la Cuchilla del Salado en la que casi todas las personas son conocidas sino es que son familiares. Rechazo a aquellos a quienes se sienten unos “verraquitos” o “varoncitos” cuando agreden a otros. Rechazo a cualquier manera violenta de solucionar los conflictos.

 

Se sabe que el joven Cristian Giraldo, que fue quien recibió las heridas más graves, ya se encuentra en su casa recuperándose de ellas. Se conoce que recibió una cortada en su rostro que le comprometió desde la oreja hasta la boca, pero sin mas daños para su salud.

 

Ahora se vienen las Fiestas del Reencuentro y se espera que éstas realmente sean un espacio de reencuentro entre viejos amigos oriundos de este bello terruño en las montañas cafeteras y no un lugar para “desencuentros”  alimentados por la absurda violencia de unos cuantos.