¿Se cierra la cancha multifuncional de la vereda?

03.02.2014 19:46

Desde el año pasado el Pbro. James Benjumea venía con la idea de restringir el acceso a la cancha de la vereda a través de la colocación de una malla metálica.

 

Los problemas comenzaron cuando al Padre le empezó a molestar que durante la celebración de la eucaristía se estuviera practicando algún deporte en la cancha. Cuando se le pidió a la comunidad, en especial a los jóvenes, que no hicieran uso de la cancha mientras se celebraba la misa, la mayoría atendió el llamado a excepción de unos contados jóvenes que ocasionalmente violaban la nueva norma de conducta en la comunidad. Valga decirlo también, se supo de algunos casos de personas que, desconociendo la prohibición, hacían uso de la cancha y así, ingenuos de lo que pasaba, se ganaban el regaño del curita.

 

Luego, consideró el Padre que la medida no era suficiente y por ello mandó a regular la iluminación de la cancha de manera que, en adelante, las luces apenas se encenderían desde las 8:00 hasta las 11:05 pm. La medida fue en parte acertada pues con las luces apagadas es imposible jugar masivamente un deporte y así interrumpir la celebración de la Eucaristía, además que desincentivaba a los jóvenes a permanecer en la calle después de las 11:00 pm.

 

Sin embargo, en los últimos meses, las tensiones entre la comunidad y el Padre subieron. Para nadie es un secreto que el señor presbítero ultimamente goza de poca aceptación en la comunidad por los constantes altercados con algunas personas de ella y en especial con los jóvenes, a los que en varias ocasiones se ha referido en malos términos.

 

Pues bien, un día el padre Benjumea resolvió que iba a restringir el acceso a la cancha poniéndole una malla metálica y una puerta con candado que él pudiera controlar. Para ello, primero, pidió permiso a la Arquidiócesis de Manizales. En este punto es necesario hacer claridad para quienes tienen dudas acerca de la propiedad de los terrenos donde se ubica la cancha. Ellos son de propiedad de la curia y pueden perfectamente cerrar la cancha, tumbarla, construir sobre ella, etc., tal y como se puede hacer con cualquier propiedad privada.

 

Para ello hizo averiguaciones sobre si podía enmallar la cancha y pidió permiso en la Arquidiócesis para hacerlo. Por supuesto le dijeron que podía hacerlo, jurídicamente, claro, y en la curia recibió la autorización, incluso, se sabe, la mitad del presupuesto ya está aprobado (el proyecto cuesta unos $ 2´135.000). Sin embargo, la Junta de Acción Comunal, ante semejante desatino, le escribió al escribió al Arzobispo de Manizales Gonzalo Restrepo, y este, en carta fechada el 24 de enero, dijo:

 

He recibido su petición en relación con la cancha, la cual no está cerrada y no debe estar cerrada. Les ruego se pongan de acuerdo con el Señor Cura Párroco para concretar los horarios de su uso que respeten las celebraciones que se llevan a cabo en el Templo para el bien y el crecimiento espiritual de la comunidad.

 

Aquí la carta:

 

 

Es evidente que el señor Arzobispo, al igual que la comunidad, tampoco comparte la idea de que la cancha sea cerrada, sin embargo, el curita ya obtuvo la autorización y la decisión de hacerlo está en sus manos.

 

Dice el padre que la cancha no será “cerrada” sino “controlada”, pero más allá del lenguaje, una malla es una limitante, una división, una restricción, la conciencia sobre ella, para la comunidad, va a cambiar. Antes, a cualquier hora (excepto entre las 6 y 8 pm), cualquier persona podía ir libremente, sin permiso de nadie, a dispersarse o practicar algún deporte en la cancha, ahora una malla le dirá que las cosas no son tan libres como antes, que tendrá que ir a donde alguien, a pedir que le dejen hacer uso de ella.

 

Esa cancha (aunque antes quedaba donde actualmente es la casa cural) lleva poco más de 40 años prestándole un servicio a la comunidad sin que nunca hubiera problemas graves con ella. Pero resulta que ahora ésta tendrá una malla y se tendrá que pedirle a alguien que quite el candado que la cierra para poder entrar en ella.

 

A todas luces resulta desproporcionado que se tenga que enmallar la cancha para controlar a uno que otro joven desobediente que, ocasionalmente, le da por jugar en ella durante la misa. Es obvio que no es cosa de muchos, el simple hecho de que las luces estén apagadas impide que las personas puedan practicar algún deporte masivamente.

 

Pero lo más importante es resaltar que la enmallada de la cancha va a profundizar los problemas que existen en la comunidad, en especial entre el señor párroco y los jóvenes. Se sabe que algunas personas estaban recogiendo firmas (que quede claro que no es la JAC) para pedir el cambio de párroco debido a los problemas que se han tenido con él. Y razón no les falta, pues la misión de un padre es la de ser un líder espiritual pero ante todo un líder comunitario. La misma doctrina católica lo dice, no basta la fe, pues también son necesarias las obras. ¿Es suficiente una misa para entender cumplida la misión del líder católico? No, por supuesto, es además necesario el servicio a la comunidad; de nada sirve celebrar una misa si la gente no acude a escucharla, de nada sirve tener una parroquia si entre ella y la comunidad hay división y conflictos, si no, pregúntele al mismo Papa Francisco quien en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (2013) dijo que:

 

"La parroquia tiene que estar en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no puede convertirse en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos" (p. 16)

 

Estas y otras razones se le expusieron al Vicario Leopoldo Peláez en una reunión de la JAC y algunas personas de la comunidad que se tuvo el día lunes. El Vicario tampoco comparte la idea de cerrar la cancha y se comprometió a tratar este problema con Monseñor Restrepo.

 

Ojalá el Pbro. Benjumea comprenda esa doble misión de la iglesia en la comunidad, que no se reduce a predicar solamente, sino a servir a la comunidad, a hacer de la parroquia un agente generador de cambio y progreso y no de conflictos y retrocesos en la comunidad.

 

Referencias

 

-          Francisco, Papa. (2013). Exhortacion Apostólica Evangelii Gaudium. Roma. Disponible en: https://www.aciprensa.com/Docum/evangeliigaudium.pdf